Se despertó sobresaltada por aquel ruido casi mecánico que le martilleaba los oidos. Estaba bañada en sudor y con el vago recuerdo de una pesadilla en su mente... o tal vez no lo era?. Giró la cabeza y descubrió aquel ruido. Era el golpear de la ventana contra la pared, que se habia abierto con el fuerte viento. Afuera el clima era intratable; se había desatado una gran tormenta.
En cualquiero otro momento de su vida, le hubiera encantado ponerse a mirar a través de la ventana como las gotas resbalaban a través del cristal, porque adoraba las noches de tormenta. Pero algo la tenia realmente inquieta. Busco con la mirada el reloj de la mesita. Eran las 5:00 de la mañana. Su mente volvió de nuevo al sueño.
Estaba en una calle céntrica de noche, sola, cuando comenzo a sentir que alguien la observaba escondido en algún lugar.
- ¿Quién anda ahí?
El eco de su voz resonó y poco a poco fue extinguiendose, pero no obtuvo respuesta. Con la misma giró sobre sus propios pies y comenzó a andar cada vez más deprisa. Ahora en cambio si oía tras ella unos pasos. Se giró, pero no habia nadie y volvió a repetir la misma pregunta:
- ¿Quién anda ahí?
Comenzó a sustarse de verdad. ¿Cómo era posible que en una calle tan céntrica no hubiera ni un alma a esas horas?. Empezó a correr en dirección a su coche desesperada por entrar, encender el motor y llegar rápido a su casa, donde estaría segura y esa sensación de angustia desaparecería.
Ya casi había logrado la primera parte, cuando mientras abría la puerta del auto, una mano fuerte y grande la sujetaba por el hombro. El miedo la paralizó, pero así misma se decía <> Se giro y...
Fue en ese preciso momento cuando el ruido la había despertado sobresaltada. Tan sólo era una pesadilla no habia de darle mayor importancia, pero entonces... ¿por que no conseguía serenarse y volver a dormir?, ¿Quizá aquel sueño significara algo?. Se levanto a cerrar la venta, pues con todo lo que pasaba por su menta ni siquiera se había dado cuenta que el molesto ruido aún permanecía ahí. Por el momento tan sólo podía volver a tumbarse, taparse con las sábanas y dormir.
Miró el reloj de nuevo. Eran las 5:30 de la mañana y la tormenta aún no había cesado.
En cualquiero otro momento de su vida, le hubiera encantado ponerse a mirar a través de la ventana como las gotas resbalaban a través del cristal, porque adoraba las noches de tormenta. Pero algo la tenia realmente inquieta. Busco con la mirada el reloj de la mesita. Eran las 5:00 de la mañana. Su mente volvió de nuevo al sueño.
Estaba en una calle céntrica de noche, sola, cuando comenzo a sentir que alguien la observaba escondido en algún lugar.
- ¿Quién anda ahí?
El eco de su voz resonó y poco a poco fue extinguiendose, pero no obtuvo respuesta. Con la misma giró sobre sus propios pies y comenzó a andar cada vez más deprisa. Ahora en cambio si oía tras ella unos pasos. Se giró, pero no habia nadie y volvió a repetir la misma pregunta:
- ¿Quién anda ahí?
Comenzó a sustarse de verdad. ¿Cómo era posible que en una calle tan céntrica no hubiera ni un alma a esas horas?. Empezó a correr en dirección a su coche desesperada por entrar, encender el motor y llegar rápido a su casa, donde estaría segura y esa sensación de angustia desaparecería.
Ya casi había logrado la primera parte, cuando mientras abría la puerta del auto, una mano fuerte y grande la sujetaba por el hombro. El miedo la paralizó, pero así misma se decía <
Fue en ese preciso momento cuando el ruido la había despertado sobresaltada. Tan sólo era una pesadilla no habia de darle mayor importancia, pero entonces... ¿por que no conseguía serenarse y volver a dormir?, ¿Quizá aquel sueño significara algo?. Se levanto a cerrar la venta, pues con todo lo que pasaba por su menta ni siquiera se había dado cuenta que el molesto ruido aún permanecía ahí. Por el momento tan sólo podía volver a tumbarse, taparse con las sábanas y dormir.
Miró el reloj de nuevo. Eran las 5:30 de la mañana y la tormenta aún no había cesado.